DUDAS DE PRIVACIDAD SOBRE ZOOM LA APP DE LAS VIDEOCONFERENCIAS EN TIEMPOS DE PAMDEMIA
En plena crisis sanitaria provocada por el Covid-19, son
millones de personas las que han recurrido a diversas aplicaciones de video llamadas
para mantener reuniones en su trabajo, asistir a clases o hablar con amigos,
pero el funcionamiento de algunas, como Zoom, está bajo la lupa de
las autoridades estadounidenses.
Son tiempos de confinamiento para una parte
significativa del mundo, con ello, las relaciones interpersonales han
cambiado radicalmente en el último mes. Por motivos de salud, millones de
personas han dejado de asistir a sus oficinas, clases o han dejado de ver en
bares a sus amigos.
En este contexto, han resurgido las aplicaciones de
video llamadas como sustitutos de los encuentros presenciales. Son
muchas las apps que se ofrecen para realizar estas reuniones. Pero, entre
ellas, ha surgido el nombre Zoom.
Aunque esta no era
tan conocida como otras del sector, tales como Skype, su crecimiento
en estas semanas fue meteórico. Su sencillez y la posibilidad de albergar conferencias de
hasta 100 personas ha hecho que miles de empresas y colegios opten por
utilizarla.
Política de privacidad controvertida
La política de privacidad de la compañía fue uno de los
primeros temas cuestionados. Aunque es aceptada por todos los
usuarios, la realidad es que la gran mayoría de ellos no la lee. En esta “letra
pequeña” se aceptan situaciones que, de ser conocidas con antelación,
seguramente muchos no aprobarían.
La recopilación de datos que tiene este acompaña es
extremadamente grande. De esta forma, un administrador de una llamada grupal
por videoconferencia tiene acceso a una amplia cantidad de información de
los usuarios con los que está interactuando.
Lo primero, es que el organizador de una llamada de Zoom
puede monitorear las actividades de los participantes cuando comparten
pantalla, viendo si las ventanas de la aplicación están activas o no. A esto,
hay que sumarle que pueden conocer la dirección IP, la localización o los datos
del dispositivo del participante.
Una nutrida gama de detalles aparentemente innecesarios a
los que se suman la dirección postal, el número de teléfono y la dirección
de correo electrónico. Entre los datos estaba la localización, el modelo
del dispositivo de la conexión, la IP y se generaba un código identificador
único que servía para rastrear al usuario.
En el texto sobre la
privacidad de la app solo se menciona que la empresa “podría recopilar
datos de usuarios de Facebook”. Nada más. La respuesta de los desarrolladores
de Zoom es que no sabían que su propia app “estaba haciendo eso”.
Aseguraron que la privacidad de los usuarios es algo
que toman "en serio" y lanzaron una actualización de la
aplicación que elimina el nexo con Facebook. Se puede iniciar sesión en la red
social, pero ya no desde la aplicación, sino desde el navegador web.
Graves fallas de seguridad
Pero parece ser que a los datos no solo podrían tener acceso
compañías como Facebook o jefes, sino también hackers.
Las fallas de seguridad de la aplicación han causado ya
bastantes polémicas y el FBI inició una investigación al respecto. Es lo
que se conoce como zoombombing, usuarios que se cuelan en las conferencias
y que ponen en riesgo a las mismas.
En Boston, se dieron dos casos en reuniones escolares en las
que dos usuarios se colaron. En la primera, uno de ellos reveló información
sobre el profesor y, en la segunda, se empezaron a exhibir simbologías
nazis.
A raíz de esto, este 30 de marzo se conoció que la
fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, abrió una
investigación contra la compañía precisamente para determinar el grado de
protección de datos que presta a los internautas.
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